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Control de embarazo y parto

Comprende todas las consultas necesarias para conseguir un embarazo saludable y lograr un parto en condiciones con la llegada de un bebé sano

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La prueba del embarazo
La prueba del embarazo

El test de embarazo en orina debe realizarse unos días después de haberse producido la falta de menstruación (3 ó 4 días es suficiente). En esta prueba se valora la presencia de una hormona del embarazo, la gonadotropina coriónica, y se realiza empleando diversos test comerciales, que se administran en farmacia, con la primera orina de la mañana.

Si resultara negativo, posiblemente porque se ha realizado muy precozmente, se recomienda su repetición pasados unos días. En determinados casos, especialmente cuando se ha practicado cualquier técnica de reproducción asistida, se prefiere la realización de la prueba en sangre, por su precocidad y exactitud. Más información

Los primeros síntomas
Los primeros síntomas

El primer síntoma del embarazo es la ausencia de regla en los días esperados. Pero, muchas veces y de manera precoz, aparecen diversas manifestaciones llamativas para la mujer. Entre las más frecuentes, se encuentran:

  • Alteraciones digestivas. Las más típicas y precoces, son las náuseas y vómitos. Más tarde, se asociará el estreñimiento.
  • Mamas sensibles y con aumento de tamaño
  • Sensación de sueño y cansancio
  • Percepción de malos olores
  • Cambios de carácter
Frecuencia y visitas al ginecólogo
Frecuencia y visitas al ginecólogo

Es imprescindible seguir un buen control del embarazo con las pertinentes visitas al ginecólogo. El ritmo y número de visitas puede depender de cada caso, siendo especialmente frecuentes si se tratara de un embarazo catalogado “de riesgo” o si se tratara de uno múltiple. En general, se recomiendan consultas mensuales, hasta el último mes, en el que se prefieren semanales.

La primera visita debe realizarse de manera precoz, habitualmente entre la sexta y octava semana, con los siguientes objetivos:

  • Confirmación ecográfica.
  • Datar la gestación y calcular fecha de parto
  • Descartar patología (aborto, extrauterino,etc.)
  • Solicitud de primeras analíticas 
  • Indicar consejos higiénicos, alimenticios, etc.
  • Tratamiento farmacológico, si lo requiere
  • Información precisa de las técnicas de diagnóstico prenatal

En todas las visitas se informa del estado general de la gestante y se resuelven las dudas y síntomas que van apareciendo. En todas ellas, se toma peso y tensión, se practica una ecografía, se realiza una analítica (cuando proceda), se aconseja un tratamiento farmacológico, si lo requiere, y se ofrece información sobre el curso del embarazo.

En las últimas semanas, en las visitas se incluyen el tacto vaginal, para valorar las condiciones del canal del parto, y la monitorización fetal, para valoración del bienestar fetal.

¿Qué analíticas se solicitan?
¿Qué analíticas se solicitan?

Las analíticas que se practican en casi todos los embarazos son tres, distribuidas en sus correspondientes trimestres:

  • Primer trimestre: analítica básica de sangre y de orina, junto a la de anticuerpos para descartar diversas infecciones: rubeola, toxoplasmosis, sífilis, SIDA y hepatitis.
  • Segundo trimestre: se realiza el Test de O´Sullivan, para el diagnóstico de la diabetes gestacional.
  • Tercer trimestre: junto a la analítica básica, se practican pruebas de coagulación, necesarias para el parto y posible anestesia epidural.

En las últimas semanas (entre la 35 y 37) se toman cultivos de secreciones vaginales para detectar la presencia de estreptococo. En caso de positividad, se indicarán antibióticos maternos en el momento de la dilatación.

La ecografía en el embarazo
La ecografía en el embarazo

La ecografía es una exploración imprescindible en la actualidad para el control de cualquier embarazo. Según el momento que se practica, tiene diversas indicaciones. En las primeras visitas se practica para evaluar la vitalidad y número de embriones y establecer con la máxima seguridad, la edad gestacional.

Es igualmente forzosa la utilización de la ecografía en las diversas pruebas de diagnóstico prenatal: marcadores de cromosomopatías, detección de malformaciones y como ayuda a las técnicas invasivas: biopsias coriales y amniocentesis.

Conforme avanza el embarazo, se realizan diversas ecografías para comprobar el buen desarrollo del mismo, con mediciones del feto (biometría), situación y características de la placenta y posición fetal.

Por último, la ecografía y sus diversas tecnologías aplicadas (como el Doppler), es un instrumento imprescindible para comprobar el bienestar fetal, pues nos permite confirmar de una manera objetiva la oxigenación fetal en cualquier momento.

Cambios inducidos por el embarazo
Cambios inducidos por el embarazo

Actualmente, son conocidos los múltiples cambios funcionales y anatómicos inducidos por la gestación; el cuerpo de la mujer está perfectamente preparado para asumirlos. Ya se han descrito anteriormente los cambios precoces: náuseas, vómitos, pechos aumentados y sensibles, etc.

Conforme avanza la gestación, la mujer puede sentirse más sensible y, en ocasiones, cansada y fatigada. Observará mayor pigmentación de la piel y, en algunos casos, la aparición de estrías e incluso aumento de vello, en todo caso, transitorio. También es común tener problemas de estreñimiento, en ocasiones unidos a hemorroides.

En el tercer trimestre y por el aumento del útero que comprime a órganos vecinos, aparecen síntomas músculo-articulares, calambres y lumbalgias. También son frecuentes los síntomas miccionales y por último la aparición o empeoramiento de hemorroides y varices.

Cuidados generales y hábitos de vida
Cuidados generales y hábitos de vida

La higiene diaria es fundamental. No se deben poner reparos al baño, incluso en la playa. Si se tiene la piel reseca, puede utilizarse cualquier crema hidratante. Como prevención en la aparición de estrías, es conveniente la utilización diaria de cremas específicas.

Deben usarse prendas holgadas y transpirables. El calzado de tacón alto no es aconsejable, así como las medias y calcetines que produzcan compresión local de la pierna.

La higiene dentaria es muy importante. Deben intensificarse el cuidado de los dientes y encías mediante un correcto cepillado. Si es necesario, se debe acudir al dentista, incluso en los primeros meses.

Una alimentación saludable y equilibrada es esencial para todo el mundo, pero mucho más para la embarazada. Una alimentación sana y nutritiva no significa “comer para dos”. Consiste en tomar una variedad de alimentos, evitando las grasas, fritos, féculas excesivas, carne cruda, embutidos, bebidas alcohólicas, dulces, picantes y líquidos gaseosos.

La dieta debe ser rica en vitaminas y minerales que se encuentran en frutas y verduras frescas. Durante el embarazo aumenta la necesidad de hierro, proteínas y calcio. Las proteínas se encuentran en la carne, huevos y pescados, y el calcio en la leche y derivados. Suele ser necesario un suplemento de vitaminas, hierro y calcio, especialmente a partir del segundo trimestre, porque con el embarazo aumentan las necesidades y no siempre es suficiente lo que aporta la dieta.

Se puede mantener una actividad laboral habitual salvo que surja alguna complicación; en todo caso se deben evitar los ejercicios violentos y no levantar pesos.

Respecto a la actividad física, deben evitarse los deportes de competición intensos, violentos e incómodos. En cambio son aconsejables los paseos diarios de aproximadamente una hora y media y la natación.

En general, la embarazada debe aumentar las horas de descanso. Si es posible debe dormir de nueve a diez horas diarias.

Los viajes no están contraindicados. Aunque no es aconsejable realizar viajes a lugares con escasos servicios sanitarios o inexistentes. Hacia el final de la gestación se deberán evitar los trayectos largos. No se prohíben los viajes en avión.

No se deben tomar medicamentos sin control médico, pues muchos de ellos pueden estar contraindicados, especialmente durante los primeros meses. De los que se toman por tratarse de tratamientos prolongados, convendrá reducirlos al mínimo imprescindible. Hay fármacos necesarios, cuyo riesgo es mucho menor que el de la enfermedad a tratar. Cada enfermedad tiene su tratamiento de elección en el embarazo.

La exposición a Rayos X puede ser peligrosa, por lo que solamente deberán realizarse las radiografías estrictamente necesarias.

Respecto al tabaco, alcohol y otras drogas, se recomienda la prohibición absoluta del consumo de todo tipo de tóxicos. Si se es fumadora, éste es un buen momento para dejar de fumar definitivamente. Si resulta imposible, debe reducirse el consumo de cigarrillos al máximo posible. Si se consume cualquier tipo de drogas, es muy importante informar al médico, sobre todo en el momento del parto.

Las relaciones sexuales en la vida de una pareja no son un fenómeno estático, van cambiando a lo largo de su existencia. El embarazo es una etapa en la que se presentan cambios físicos y psíquicos que repercuten en la relación de pareja, expresando nuevas formas de vivir su sexualidad. Las relaciones sexuales no tienen por qué suprimirse; únicamente en ciertas situaciones será necesario modificar alguna actividad sexual concreta. Sólo en muy pocos casos, y siempre por recomendación del médico, conviene evitar el coito, especialmente en casos de hemorragia o amenaza de parto prematuro.

¿Qué síntomas deben consultarse urgentemente durante el embarazo?
¿Qué síntomas deben consultarse urgentemente durante el embarazo?

A lo largo del embarazo, existen una serie de signos y síntomas que la gestante debe conocer y por los cuales debería consultar urgentemente con su ginecólogo. Entre ellos, podemos enumerar:

  • Hemorragia vaginal
  • Pérdida de líquido
  • Dolor abdominal intenso
  • Vómitos intensos que no ceden
  • Cefaleas graves y repentinas
  • Desmayos o mareos
  • Edemas bruscos o importantes 
  • Síntomas urinarios
  • Erupción cutánea y picor generalizado
  • Contracciones regulares 
El parto
El parto

El parto es una experiencia única que, si se vive bien, se recordará con agrado. Las sesiones de preparación al parto son de gran ayuda para estar preparada para ese momento y, en definitiva, conocer cómo se produce y saber cómo actuar.

La duración de un embarazo son unas 40 semanas. Se denomina “gestación a término” el período entre la semana 37 y 40, fechas éstas importantes y en las que son de esperar los síntomas que indican el comienzo del parto. Éstos pueden resumirse en dos: rotura de membranas y contracciones.

En el caso de rotura de bolsa, sea la cantidad que fuere y el tipo de líquido observado, la recomendación es el ingreso lo antes posible. En ese momento se valora a la paciente y si se confirma la rotura, se procede a la estimulación del parto.

Respecto a las contracciones, lo que marca el inicio del parto, es la frecuencia e intensidad de éstas. Si es el primer parto, se indica el ingreso hospitalario cuando aparezcan tres contracciones en diez minutos y con una duración de treinta segundos. Si, en cambio, no es el primer parto, se aconseja el ingreso cuando se tratan de contracciones de treinta segundos de duración cada cinco minutos.

Si pasada la semana 40 no hay síntomas de parto, se procede a la vigilancia fetal y posible ingreso para inducción entre la semana 40 y 41, siempre a criterio médico.

El parto atendido en el Instituto Bernabeu supone la presencia en el mismo del equipo humano correspondiente: ginecólogo, matrona, anestesista y pediatra. Tras el mismo, la estancia media en el hospital hasta proceder al alta es de dos días. Si se trata de una cesárea, suele ser de cinco días si no surgen complicaciones. 

El postparto y lactancia
El postparto y lactancia

El puerperio (“también llamado cuarentena”), es el período comprendido en las seis semanas siguientes al parto. En él se producen las secreciones uterinas o “loquios”, totalmente fisiológicas. La paciente debe seguir manteniendo una dieta equilibrada similar a la del embarazo junto a los aportes vitamínicos y el hierro, y especialmente una completa higiene junto al cuidado de la episiotomía o de la herida quirúrgica en caso de cesárea.

La primera regla suele demorarse hasta la finalización de la lactancia materna. En caso de lactancia artificial, suele presentarse al finalizar la cuarentena.

En este período, suelen ser frecuentes algunos síntomas desagradables, aunque pasajeros: dificultad a la micción, incontinencia de orina, estreñimiento y empeoramiento de las hemorroides.

Queda ya fuera de toda duda que la leche materna es la mejor alimentación para el recién nacido, puesto que está preparada para cubrir todas las necesidades del mismo y fomentará la relación madre-hijo de vital importancia en los primeros meses de vida. Para iniciarla, es recomendable ponerse al recién nacido al pecho lo antes posible tras el nacimiento, puesto que el reflejo de succión es el mejor estímulo para la llamada “subida de la leche”, que suele suceder entre el tercer y cuarto día del puerperio.

En el caso de madre con Rh negativo y recién nacido con Rh positivo, se procederá a la vacunación con la vacuna Anti-D al día siguiente del parto.

En los primeros días del puerperio, suele darse con cierta frecuencia la llamada “depresión postparto”, que es una respuesta al parto vivida de muy diferente manera por cada mujer. Suele durar pocos días, habitualmente una semana, y en ella se dan diferentes síntomas: tristeza, apatía respecto al niño, irritabilidad, cefaleas, insomnio, fatiga, ansiedad, etc. Se necesita apoyo y comprensión por parte de la familia y suele ceder en la mayoría de casos; si se alargara en el tiempo, debe consultarse.

La puérpera debe estar familiarizada con una serie de signos y síntomas ante los que debe consultar inmediatamente:

  • Fiebre elevada y persistente
  • Hemorragia intensa 
  • Loquios malolientes
  • Síntomas de mastitis (dolor y enrojecimiento de mamas)
  • Heridas con mal aspecto (episiotomía o cesárea)
  • Síntomas urinarios

Después del parto, pueden reiniciarse las relaciones sexuales cuando desaparecen las molestias habituales. Aunque se siga con lactancia materna, puede ocurrir embarazo y debe informarse de que las gestaciones muy seguidas no son recomendables. El puerperio es un buen momento para repasar los métodos anticonceptivos que se seguirán posteriormente. En la revisión postparto se comentarán y se decidirá el más idóneo al caso. 

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